“Las obras de arte son nuestras, de la Franja de Ponent, y las queremos en nuestro museo, en el Museo Diocesano de Lérida”
Este texto se puede leer en catalán en la web de la Institucio Cultural de la Franja de Ponent, institución que declara, como reza también en su web: “La Institució integra l'esforç de les entitats i persones que vivim a la Franja i servem els Països Catalans.”
Creo que como declaración de intenciones no está nada mal; y lo curioso del caso es que esta institución tiene su sede en Calaceite, que, si no me equivoco, es Aragón.
Es decir dentro de Aragón hay colectivos que sostienen que los famosos bienes del Aragón Oriental son de los “Països Catalans”. Y es curioso ver el mapa que integra dichos “països”.
Una vez tras otra el Vaticano da la razón a Aragón, para ser más exactos a la diócesis de Barbastro-Monzón, y pide que sean devueltos los bienes en litigio a las parroquias propietarias. Una vez más nuestros vecinos catalanes buscan tretas y argumentos para dilatar la ejecución de la sentencia.
Para la gente de la calle, que no entiende de estas complicaciones jurídicas –y a la que lo que verdaderamente le preocupa es llegar a fin de mes y pagar la hipoteca- es cada vez más difícil hacerles entender que dar a cada uno lo que es suyo no es tan fácil y además que “lo nuestro es de ellos y lo de ellos también”. ¿Tanta dificultad entraña devolver unas piezas que en su momento se llevaron a Lérida para salvaguardarlas, pero que no pertenecen al que se las llevó, por mucho que se quiera esgrimir el Derecho Civil catalán?.
El Vaticano ha dado la razón a la Diócesis de Barbastro-Monzón; según esta sentencia- que recordemos es inapelable- las piezas son de estas parroquias. Hasta aquí todo claro. A partir de aquí planteemos el cumplimiento y ejecución de esta sentencia, porque de lo contrario nadie va a creer que esto sea verdad.
El Vaticano tiene firmado un Concordato con el Estado Español, en virtud del cual cualquier sentencia emitida por el primero es reconocida como válida por el segundo. Sigamos. El Vaticano no puede en territorio español ejecutar esa sentencia porque carece de medios para ello; pues bien, que el Vaticano pida al Gobierno Español que proceda, es decir que mande a quien tenga que mandar y que las piezas sean devueltas a la Diócesis de donde salieron. Item más, que el Gobierno Aragonés inste al Gobierno Español a que lleve a cabo la ejecución de la sentencia. Recordemos: en Salamanca, de noche y custodiadas por la policía, salieron las cajas llenas de documentos camino de Barcelona.
Nuestro Presidente ha declarado no hace mucho (Heraldo de Aragón 15 de mayo de 2008): ”Se puede decir que las piezas ya están en Aragón, aunque no han llegado todavía”. Muy optimista veo yo al Sr. Presidente.
Con planteamientos desde dentro de Aragón, repito, como el que encabeza este artículo hay que poner en duda la anterior afirmación. Pero la pregunta es todavía más dramática: ¿Alguien va a exigirle a alguien que ejecute la sentencia , o vamos a dilatar el problema y así a ver si se olvida y los bienes se quedan donde están?; porque al fin y al cabo ¿a quién le importan cuatro reliquias de hace un montón de siglos?.
Quizá sí importan a algunos: a los que siguen haciendo de su identidad un problema; a los que quieren rehacer la historia, a los que quieren reescribir lo que los documentos se obstinan en negar.
En nuestra asociación de Bibliotecarios, Archiveros, Documentalistas y Museólogos sabemos bastante de historias reescritas y aún inventadas.
Marga Torrejón
Presidenta de ANABAD-Aragón
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