Siguiendo la línea que Anabad-Aragón lleva desarrollando desde finales del año 2007 acerca de la Web 2.0, la Web Social, los blogs , las bitácoras etc., a continuación os reproducimos el texto de José Antonio Merlo Vega acerca de "Las Diez Claves de la Web Social", en este artículo se resume muy acertadamente este fenómeno:
http://www.thinkepi.net/las-diez-claves-de-la-web-social/
Las diez claves de la Web social
Por José-Antonio Merlo-Vega
18 de febrero de 2008
La Web social o la Web 2.0 es un fenómeno que está afectando por igual a los diferentes ámbitos de la actividad humana. La nueva Web está presente en las relaciones sociales, en la economía, en la comunicación, en la administración, en la educación, en la cultura… Ningún área se escapa a las posibilidades de esta Internet de nueva generación y mucho menos aquéllas en las que la gestión de información es la base de su ejercicio profesional.
Durante 2007 han sido varias las publicaciones de interés que analizan la Web social y su repercusión en centros de información. Por orden de aparición, las obras de Farkas, Casey y Savastinuk, Courtney y Stephens fueron publicadas en este año y en todas se estudian las aplicaciones 2.0 en bibliotecas y unidades de información.
http://www.thinkepi.net/las-diez-claves-de-la-web-social/
Las diez claves de la Web social
Por José-Antonio Merlo-Vega
18 de febrero de 2008
La Web social o la Web 2.0 es un fenómeno que está afectando por igual a los diferentes ámbitos de la actividad humana. La nueva Web está presente en las relaciones sociales, en la economía, en la comunicación, en la administración, en la educación, en la cultura… Ningún área se escapa a las posibilidades de esta Internet de nueva generación y mucho menos aquéllas en las que la gestión de información es la base de su ejercicio profesional.
Durante 2007 han sido varias las publicaciones de interés que analizan la Web social y su repercusión en centros de información. Por orden de aparición, las obras de Farkas, Casey y Savastinuk, Courtney y Stephens fueron publicadas en este año y en todas se estudian las aplicaciones 2.0 en bibliotecas y unidades de información.
En España, las únicas publicaciones profesionales que han dedicado atención especial al tema han sido los volúmenes monográficos de El profesional de la información y Educación y biblioteca, cuyo dossier sobre ‘Bibliotecas y web social’ tuve la suerte de coordinar y donde se publicaron diez contribuciones que permiten contextualizar la teoría y la práctica de las tecnologías de la participación en las bibliotecas. En el artículo que abría el monográfico, sistematicé en diez categorías las tecnologías de la Web social, además de agrupar en otras diez clases las aplicaciones de estas herramientas en los centros de información.
En esta nota de ThinkEPI vuelvo a recurrir a la decena para ofrecer las características que explican el éxito de la Web social. Se trata de un procedimiento didáctico sin más pretensiones que las que obedecen al interés divulgativo. En mi opinión, hay diez principios que definen a la Web social:
1. El navegador como herramienta. La Web social es ante todo Web, por lo que sus sistemas y aplicaciones están asentados en lenguajes de marca. CCS, XHTML o XML son las bases de esta tecnología, por lo que desde cualquier navegador se puede tener acceso a los servicios de la Web 2.0. La nueva Internet no anula a la anterior, sino que la complementa mejorándola, la toma como base y a ella debe lo que es. La etiqueta 2.0 implica una evolución, pero se puede seguir hablando de la Web, sin calificativos, de un desarrollo de Internet, donde las posibilidades para la participación son la principal novedad.
2. La cooperación como método. El colectivo es importante y la Web social parte de su reconocimiento. Las tecnologías sociales están diseñadas con arquitecturas de la información abiertas, que permiten que las opiniones se sumen y los comportamientos de todos sean tenidos en cuenta. En la nueva Internet se trabaja de forma distribuida, pero a través de relaciones directas, que se reflejan en acciones como la construcción conjunta de contenidos en línea o en la posibilidad de publicar comentarios en páginas ajenas. Es la consideración de la inteligencia colectiva.
3. La interoperabilidad como fundamento. Las tecnologías de la participación empleadas por la Web social permiten la integración de herramientas. Sistemas de programación como AJAX o los lenguajes de etiquetas ofrecen la posibilidad de compartir códigos, reproducir en webs particulares contenidos externos o establecer interfaces con aplicaciones que se ejecutan en servidores remotos. Las APIs, los ‘mashups’, los ‘widgets’ o la sindicación son ejemplos de este principio. El uso de protocolos comunes, metadatos normalizados y arquitecturas abiertas explican el éxito incontestable de la Web social.
4. La sencillez como pauta. La Web social ha simplificado al máximo la publicación de contenidos. La facilidad para crear y mantener blogs o wikis, el desarrollo de favoritos vía web, la difusión de perfiles personales en redes sociales, por mencionar algunos ejemplos, son acciones que requieren escasos conocimientos técnicos. Para compartir archivos, redifundir recursos, filtrar noticias o integrar servicios ajenos en webs propias no es necesario ser un experto. La popularidad de los de los servicios de la Web social se debe en gran medida a la parquedad de los conocimientos requeridos.
5. El etiquetado como sistema. La información digital presenta la característica de poder incluir datos sobre sí misma. Las herramientas de la Web social emplean las descripciones realizadas por los usuarios, que se intercambian de forma automática, estableciendo redes de términos que llevarán a informaciones similares, con el valor añadido de que el uso generalizado de un término implicará un volumen importante de recursos digitales en cuya descripción se ha empleado. Los esquemas de metadatos y microformatos o la inclusión de etiquetas en las aplicaciones sociales son determinantes para compartir información semántica, lo que equivale a compartir recursos digitales.
6. La participación como principio. En la Web social la información se comparte. Los datos personales son difundidos en redes sociales. El software social posibilita que se valoren recursos y sean etiquetados en función de la opinión de quienes los emplean. Los sistemas de filtrado permiten que los contenidos considerados interesantes destaquen entre los generados en un periodo de tiempo, en un medio o sobre un tema. Los favoritos compartidos, las compras sociales y los sistemas de valoración ofrecen como resultado que sean los usuarios quienes establezcan la calidad o utilidad de los recursos. Las tecnologías permiten una cooperación que se traduce en la colaboración de los usuarios a través de sus aportaciones, sus conductas y sus opiniones.
7. La variedad como realización. La Web social no admite límites, ya que existe una gran diversidad de manifestaciones. Servicios de información y aplicaciones informáticas muy diversos pueden ser catalogados como Internet 2.0. Desde la compra de productos en proveedores que tienen en cuenta los gustos, acciones y hábitos de los usuarios, hasta los servicios en los que se puede etiquetar la información, pasando por los servidores de almacenamiento de archivos, en los que los documentos se relacionan independientemente de su origen, todo puede ser clasificado como 2.0. Un servicio de referencia basado en las respuestas de los usuarios es Web social. Una aplicación que permite integrar en una página las noticias de diarios digitales, consultar en la misma el correo electrónico o emplear herramientas ofimáticas, también es Web 2.0.
8. La personalización como posibilidad. El usuario decide cómo emplear las tecnologías de la participación, qué servicios le son útiles y bajo qué forma y condiciones los va a utilizar. La adaptación de las aplicaciones, el desarrollo de interfaces particulares de herramientas, la utilización de contenidos externos mediante sindicación o a través de la inserción de códigos, el uso de ‘widgets’ para la integración de recursos informativos externos (mapas, temperatura, diccionarios, noticias, etc.), son distintas piezas que el usuario empleará a partir de su creatividad y sus necesidades. Las tecnologías son las mismas; los servicios, también; los recursos, idénticos, pero el usuario los puede individualizar según su criterio y conveniencia.
9. La experimentación como norma. Nada es eterno en la Web social. La renovación de los resultados es constante; las actualizaciones, permanentes; las novedades, cotidianas. Se trata de la beta continua, como se suele denominar a esta característica de la Internet 2.0. Las tecnologías avanzan y ofrecen nuevas posibilidades. Los servicios adoptan las novedades tecnológicas y las adaptan a sus objetivos. Los usuarios que emplean la Web social son conscientes de la constante renovación de los recursos y las consiguientes posibilidades de mejora que suponen, así que esperan y asumen los permanentes cambios.
10. El desinterés como base. El carácter social de la nueva Web también incluye como elemento definitorio la búsqueda del bien común. Las tecnologías son abiertas, al igual que lo son los recursos. Se parte de la ausencia de intención mercantil, de la generosidad o el altruismo en el uso de las aplicaciones, los servicios y las informaciones. Las comunidades de software libre y las iniciativas de acceso abierto a la información científica están en sintonía con el uso compartido de los recursos que posibilitan las tecnologías de la Web social. La Internet 2.0 también tiene una faceta comercial, aunque no suele afectar al usuario general, sino a las empresas que quieren dirigirse a sectores específicos, conocerlos y comunicarse con ellos de forma directa y pertinente.
Soy consciente de que la síntesis que se hace en este decálogo prescinde de conceptos que han sido omitidos para adecuarse a la finalidad de los textos de ThinkEPI, pero los debates posteriores que suelen acompañar a estas notas ayudarán a solventar las carencias e imprecisiones en las que pueda haber incurrido. Mi intención, insisto, no es el establecimiento de tesis, sino la difusión de los principios de las que gusto en llamar las tecnologías de la participación.
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