El sábado visitamos el Patio de la Infanta un grupo de 25 personas: socios y amigos da ANABAD. La visita que duró, aproximadamente, 50 minutos se nos hizo corta. Ejerció de guía Isabel Rojas que estuvo como siempre espectacular, genial, amenísima y sapientísima. Lo que sabe esta mujer de arte y con qué pasión lo vive.
Espectador de excepción: Miguelito -el hijo de Isabel de casi 7 meses- que acompañó a su mamá como un discípulo aplicado: no lloró ni se quejó en ningún momento.
Merece la pena ir de vez en cuando a admirar este maravillosos patio renacentista. Con las explicaciones de Isabel descubrimos secretos que para los profanos pasan inadvertidos.
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